


Se ha demostrado que la exposición solar es necesaria para la salud, teniendo en cuenta ciertos fines y límites.
La exposición prolongada e indebida puede generar problemas desde pigmentaciones (manchas), envejecimiento prematuro, hasta cáncer de piel.
El color de la piel sana es el resultado de la combinación de 3 colores: rojo (aportado por la hemoglobina oxidada), azul (aportado por la hemoglobina reducida) y pardo (producido por las melaninas, las cuales son responsables de la pigmentación constitutiva de la piel).
Las pigmentaciones también reciben el nombre de melanodermias o hipercromías. Constituyen un problema estético importante, sobre todo si la lesión afecta al rostro.
La causa de estas lesiones generalmente se atribuye a la exposición de la radiación ultravioleta emitida por el sol.
La luz es la radiación que resulta visible al ojo humano. Su longitud de onda está comprendida entre 400 y 730 nm. La radiación cuya longitud de onda es inferior a 400 nm se denomina radiación ultravioleta, y la de longitud de onda superior a 730 nm, infrarroja.
El índice UV es un indicador de la intensidad de radiación ultravioleta proveniente del sol. Puede ir de 0 y llegar hasta ser mayor a 11, a mayor índice UV mayor riesgo en la exposición.
En Ecuador nos encontramos con índices de UV hasta de 13 puntos, radiación extremadamente alta.
Existen muchos estudios científicos que avalan el uso de filtro solares con componentes UVB y UVA brindando evidencia de que un amplio espectro de protección desempeña un papel fundamental en el tratamiento de pigmentaciones de la piel, incluso se pudo evidenciar al cabo de 8 semanas de uso diario un aclaramiento notable en las manchas de 89 mujeres analizadas.
Con lo antes expuesto se recomienda para evitar las manchas en la piel y reducir el riesgo de cáncer de piel; lo siguiente: